miércoles, 16 de marzo de 2011

Era se una vez, una bonita princesa que lloraba lágrimas, y se balanceaba entre dudas, interrogaciones que le desvanecían el alma.
Como quien tiene que elegir entre dulce o salado, o azul y rosa, o quien duda entre día y noche, ella tenía su corazón partido en dos.
Quería estúpidamente a un caballero que la pedía que ella escalase las torres, que ella luchara con los dragones, que ella se secara sus lágrimas...Le prometía el cielo y parte del infierno, y ella le quería, le había besado y se había enamorado, pero este amor quemaba ya. Este caballero había utilizado su corazón, parecía que hubiese vendido su alma...Y no hacía más que exigirla lo que ella ya le había regalado.
La bonita princesa se desvanecía a cada segundo sabiendo que su caballero abrazaba a otra dama, que protegía a otra mujer.
Entre las dudas y el vacío de su cabeza, nadaba cuando apareció un príncipe lejano, que sanó parte de su corazón, sintió miedo de quererle, pero más de empezar a olvidar al dueño de su corazón.
Era se una vez una princesa bonita que sentada en su castillo, daba patadas a su corazón, estúpido que no sabía que sentir, se asemejaba a un ovillo de lana...
entiende que mi corazon ya no puede vivir asi....si pudiera pedir un deseo quisiera que no fuera a si...