miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuando dijimos que era para siempre, no era una broma.
Cuando tiramos una moneda a aquella fuente, y pedimos un deseo, fue con el fin de que se cumpliera.
Cuando me dijiste cien veces al oido que me querías era de verdad.
Porque cada día diecisiete, de cada mes, veo que todo se hace más dificil.
Que no todo es para siempre, y que los deseos no se cumplen.
Lo único que sigue es el amor.