miércoles, 31 de octubre de 2012

Y así fue como empezó todo, con un cielo azul con nubes de finales de septiembre y la necesidad de encontrar la inspiración perdida. Todo comenzó de casualidad como quien dice, con esas malditas cuatro palabras resonando en mi cabeza: 'Te echo de menos.' mientras veíamos cómo el frío se iba aproximando. Despedimos el verde de las hojas con demasiadas sonrisas y recibimos a la lluvia y al viento sin preocupación alguna. Todo fue cuestión de varios instantes, instantes que no llegaron a minutos, que terminaron perdiéndose en el tiempo. Y hoy estoy aquí. Sigo buscando mi inspiración perdida, luchando con mi corazón para que no me arrastre al lado malo, al lado demasiado bonito. Sigo resistiéndome a confesar, a confesarlo todo, a contaros detalladamente cómo octubre ha ganado la apuesta, ha conseguido lo que se había propuesto conseguir. Hoy estoy evitando explicaros cómo octubre ha llegado al fondo, muy hondo de mi corazón y ha decidido acampar allí por un tiempo.
Querido octubre, lo has conseguido, me has enamorado.