jueves, 5 de abril de 2012

Gracias por apoyarme en todo momento.


No sabía como comenzar esta carta... en estas situaciones uno no sabe si faltas o sobras, pero ya sabes que a mí me tienes aquí para lo que necesites. Aunque esté a 20 km de distancia y necesitas a alguien con quien desahogarte no dudes en llamarme e incluso puedo intentar ir a verte. No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti. No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro, pero cuando me necesites estaré allí.  No puedo evitar que tropieces, solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas. Tus alegrías, tu triunfo tus éxitos no son míos. Pero los disfruto sinceramente contigo cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomas en la vida, me limito a apoyarte y a ayudarte si me lo pides. No puedo impedir que te alejes de mí, pero si puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas. No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. No puedo decirte quién eres, ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amiga.