domingo, 4 de diciembre de 2011

Y es que me estremezco al recordarte
Te tengo presente cada hora, cada minuto y cada segundo del dia. He perdido el rumbo pensando en ti más de lo debido, he perdido la noción del tiempo recordándote y siento que poco a poco estoy perdiendo la cabeza por tu culpa. Lo peor es saber que todo fue culpa mía, no debí haberte conocido, no debí haberte echo caso y menos aún, no debí haberme enamorado de ti otra vez a sabiendas de que tendría que volver a olvidarte con el paso del tiempo. Es muy triste ¿sabes? Es triste la manera en la que lloro por ti muy a menudo sabiendo que no volverá a ser lo mismo, me pica recordarte y me duelen los recuerdos cada vez que te veo. Parece monotonía esto del amor: le conoces, te enamoras de él, vives momentos inolvidables, llega la despedida, duele bastante, cuesta olvidar, te vas recuperando y cuando piensas que esta todo superado, aparece ÉL y lo echa todo al traste con su bonita cara y su encanto natural. Y si, parece de tontos deprimirse por algo que sabes que va a pasar al fin y al cabo y cuando terminas de pensar en ello detenidamente solamente pasa por tu cabeza la misma pregunta de siempre: pero, ¿Y yo que sabía qué me iba enamorar? Y lo que pasa es que estas cosas hay que vivirlas, no es momento de tomar decisiones rápidas, es momento de cometer errores, es momento de hacer locuras simplemente porque nos apetece, es momento de enamorarse y desenamorarse, es momento de olvidar y de recordar, es momento de cambiar de idea y volver a cambiar porque no hay nada permanente, es momento de ser feliz porque eso, realmente, es lo único que importa.