miércoles, 7 de septiembre de 2011

Las cosas buenas no parecerían tan buenas si no existieran las malas.
Una historia no aparece por arte de magia, una historia no se puede fabricar de la noche a la mañana, una historia necesita alimentarse de sentimientos, emociones, risas, llantos recuerdos, sensaciones, abrazos, momentos de odio, de amor, de desesperación y así es la única manera de que crezca.
Cuando comienzas a escribirla te das cuenta que algo falta, que tú sola no puedes, que necesitas alguien que te de motivos para construirla y te tropiezas con él y te das cuenta que tu historia ya no es solo tuya que ahora es nuestra historia y que te faltan días de tu vida para estar con él.
Nadie puede adivinar el final de esta historia ni si quiera se si tendrá final, pero de algo estoy muy segura y es que quiero seguir con él atravesando chaparrones, diluvios, baches, socabones lo que sea necesario, pero juntos.