viernes, 29 de abril de 2011

Había una vez...una princesa que vivía en un castillo y tenía un príncipe al que amar. Una vida maravillosa, todo era ideal. Pero un día de lluvia, vio su vida hecha pedazos, su príncipe se había marchado. Palabras que vuelan con el viento y promesas que ya jamás se cumplirán. Y es que el príncipe, su príncipe, ya no estaba. Dolor, lágrimas en la almohada. Pero, ¿qué creías, princesa? Los príncipes azules siempre acaban destiñéndose. Ahora rompe tu burbuja y vive. Tu cuento se ha acabado, pero aún puedes soñar; al fin y al cabo los sueños que se hacen realidad son lo único que vive para siempre. ¿No habías caído nunca antes? Pues aprende. Aprende que la vida da muchas vueltas, debes ser fuerte, princesa. Levántate, mira al cielo y da gracias por estar aquí, por tener esta maravillosa oportunidad de vivir, de sentir, de llorar. A lo mejor Cupido la tomó contigo, no lo sé, pero olvida el rencor. No pierdas la esperanza de vivir enamorada, es lo único que te queda.