lunes, 25 de abril de 2011

Esther (L)

No hay nadie como ella para hacerme reír, no hay nadie que sepa tanto de mí, no hay nadie como ella con la que yo sea capaz de compartir mis penas, mi tristeza y mis ganas de vivir; tiene el don de darme tranquilidad, de saber escucharme, tiene la virtud de hacerme olvidar todo lo malo, solamente ella me puede entender. Y pasa el tiempo y siempre estamos buscando un plan, para que se haga realidad todo lo que planeamos juntas cuando hablamos del tiempo que nos queda por vivir...