viernes, 18 de febrero de 2011

Si lo hizo fue solo porque había un virus en su cabeza que le estaba comiendo la memoria, la capacidad de racionar y hasta el sentido del ridículo. Un virus que se caracteriza por los estragos que causa en las mentes de todo tipo de personas. ¿Te ha pasado alguna vez?. Cuando sientes todo el día como hormigas dentro de tu estómago suben y bajan sin parar. Cuando, sin darte cuenta, sonríes. Cuando lo único que deseas oír por la mañana es un: buenos días, princesa; pero siempre te acaba despertando ese ring de aquel maldito despertador. Cuando piensas: ¡Venga, concéntrate!, pero, por mucho que lo intentes, no lo consigues. Y que a pesar de que ese virus te esté carcomiendo la cabeza cada segundo, te gusta. Tal vez te suena. Se llama amor