Una lluviosa tarde de finales de Enero…
+ Te quiero.
- Yo más.
- Yo tampoco lo creía, pero nunca perdí la esperanza.
+ Me gustaste desde el primer día que te conocí
- ¿Enserio?
+ Sí, aún recuerdo lo que pensé al verte, me dije a mí misma “¿te imaginas que te llegas a enamorar de él?” Pero pensé que era una tontería.
- Quiero que esto dure para siempre.
+ Y yo, soy más feliz que nunca.
- Te quiero.
Y en ese momento, sonó el despertador, me di cuenta de que todo había sido demasiado bonito para ser real, ¿por qué me pasa esto? Y yo misma me contesté: “Por hacerte falsas ilusiones; por no querer asumir la realidad”.