martes, 11 de enero de 2011

Nació para crear admiración y envidia a su alrededor. Siempre quiso ser una princesa de cuentos, de esos que le contaban cuando pequeña. Pero un día todo cambió y de estar rodeada de persona, sola se quedó. Vagó sin rumbo y sin nadie a quién acudir, hasta que lo encontró. Él le enseñó a que la felicidad existe en las peuqeñas cosas de la vida, ena quellos detalles que pocos pueden ver. Ella sonrió y recuperó la ilusión del cuento de hadas con final feliz.