
Las listas de deseos son interminables y distintas a la de otros. Y cuando llegamos al punto máximo, allí donde sentimos que podemos tocar el cielo con las manos, entonces, esbozamos una amplia sonrisa porque todo el mundo es nuestro.
Y por un momento sentimos felicidad, pero no tenemos a nadie para pedirle que nos pellizque y nos diga que no es un sueño, que es la realidad.
Entonces.¿De qué sirve alcanzar la cima si no tenemos a nadie que comparta nuestra dicha?
Es como la frase "La competencia es larga y, al final, solo compites contra ti mismo" porque te quedas solo cuando quieres todo para ti y descubres que eso no era lo que querías al final o que si lo querías pero no de esa forma, no estando solo.
Lo mejor de conseguir nuestros objetivos es que al final podemos decir que en el camino, nunca estuvimos solos.